No tengo permiso de enfermarme
Muchos años atrás, a Jonie le daban convulsiones cuando tenía temperatura. En una ocasión yo me sentía mal, no era para faltar a la escuela, no era para quedarme a dormir en mi cama, de verdad me sentía mal y no de una gripita, si no de algo más fuerte. La respuesta de mi madre fue: tu no te puedes enfermar. No, no fue en tono de preocupación porque su hijita se sintiera mal, fue en un tono de prohibición. Toda su atención era para el hijo más pequeño y al que no podía descuidar. La niñita entendió que si en algún momento se llegaba a sentir mal, se lo tenía que aguantar, se tenía que curar sin atención y no podía quejarse ni pedir apoyo. La niñita sabía que solo Adriana podría con ese tipo de circunstancias, Janet mejor se queda guardada hasta que todo pasara. Nunca me dió varicela, sarampión, paperas, nada que a los demás niños les paso, nunca me rompí un hueso, me hice una herida o me desmayé. Solo he padecido la extracción de la vesícula, a las 2 horas de la cirugía ya estaba ...