Breathe, believe

Hace algunos ayeres existió una yo que era muy diferente: todo lo tenía ordenado, siempre respondía a lo que se le cuestionaba sin dudar, se adaptaba a lo que le solicitarán, se aguantaba los enojos y los reclamo. No debatía ni externaba su punto de vista. Sexualmente no emitía solicitudes ni opiniones. Era más sumisa, manejable, más dócil. A esa yo, la hicieron mierda. La cambiaron por cualquier otra, la lastimaron y destrozaron por dentro, le hicieron ver qué no valía el tiempo con ella. A esa yo la dejé atrás porque ahora prefiero estar sin una pareja a volver a dejarme lastimar, aunque sé que posiblemente exista alguien que valga la pena, prefiero no averiguarlo y si me quiere, prefiero que quiera está versión de mi. Está que tiene fuego en la sangre, que se enoja, que protesta, que se carcajea, que pide lo que quiere y no acepta menos de lo que merece, está que le gusta hacer actividades independientes, que busca su propio placer, que no ve como tarea primordial  te...

El otro día perdí a mi conejito. Por una hora lo estuve buscando sin éxito; estaba desesperada, no sabía qué hacer o dónde lo podía encontrar. Y es que imaginar que una criatura tan indefensa pueda estar en la calle me desesperaba aún más. Lo busqué dentro de la casa, moví todo, lugar en el que yo creía que podía entrar lo exploraba, donde no, también. Salí al patio y traté de seguir sus huellas pero no encontré ni 1 sola, pensé que podía haber subido las escaleras y estar en alguno de los otros departamentos pero tampoco lo encontré. En cada pausa me ganaba el sentimiento y me ponía a llorar. Mi corazón latía rápidamente y un hueco en mi pecho no me dejaba respirar. Le pregunté a las vecinas y me aseguraron que no vieron nada, ya no sabía qué hacer. Me quedé sentada en una jardinera imaginando lo peor: un gato lo mató y se lo llevó de la casa; en un descuido se salió a la calle y ya nunca sabré qué le pasó; lo picó un alacrán y está bajo alguna piedra en medio del escombro....