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Mostrando entradas de julio, 2023

Un viaje al infinito

Este lugar ya lo conozco Reno  ¿Dónde nos conocimos?         En clases de baile. No, ahí no, ¿dónde nos conocimos?         Sí, en el gimnasio, en la clase de baile. No, yo te conozco de una vida pasada o más bien futura, de donde no existe el tiempo o el espacio, de ese lugar de luces neón, en el que me espantan los entes negros y me aterroriza el ser de blanco con la cara larga, la nariz estirada y la sonrisa perversa.  Te conozco de esos lugares fríos que ya frecuentaba, y que soñé durante mucho tiempo. De las coincidencias y decisiones azarosas, de las cuales sabemos que todas tenían un por qué y para qué.  Te conozco de la elección del camino largo con un destino real, en lugar del directo que no nos llevaba a ningún sitio. Te conozco de la presión en el estómago y pecho. De estar encerrada, enmimismada, creando barreras, cortando mis alas.  Te conozco en el libro que escribiste, en el que ya hablabas d...

Terminamos en la luna

A veces lo único que quiero es despertar con alguien, abrazada a otro cuerpo, sentir otra respiración, otro calor, otro aroma. Entendí que no te necesito, nunca te necesité, elegí que fueras mi compañero de camino, tú me preferiste como un cuerpo más.   Te recordaba de antes, pero había olvidado detalles, como lo fácil que era excitarte, lo sencillo y complejo que me resultaba provocarte un orgasmo, tu virilidad, tu vello pectoral, tus besos suaves, tu lengua inquieta, el hambre que sentía después de venirme y la forma que tenías de hacerme el amor.   Buscarte tal vez fue un error, después de todo el dolor que me hiciste sentir, aunque en realidad tú fuiste el que me buscó: cada noche al masturbarme, en cada historia que quería compartir, en cada evento que te pensé a mi lado; tu fuiste el que me solicitó y finalmente, accedí.   La conexión fue única, siento frío, siento caliente; tu rostro está caliente, tus piernas frías, tócame el pecho, te sientes frío; te toco la esp...

El bulto

Cuando me besas, hueles a lo que todos los hombres con los que he estado, hueles a mi vagina, a mi sexo, a lo que piensas que haces como ninguno otro, a tu orgullo. Ya no te siento, solo eres un bulto de carne sobre mi, que puja y gime, que me toca y aprieta las nalgas, que me respira en el cuello, sobre los hombros. Ni siquiera después de que me chupaste el clítoris y me metiste tu lengua lograste que me humedeciera aunque fuera un poco. Respiro agitada porque te siento sobre mi, tu peso me sofoca, tu aliento me causa náuseas. La erección te dura cinco minutos, "perdón, es que ya me cansé", te diría descansa yo me subo, pero sobre un pene flácido, no puedo hacer nada.  Sé que ya no estás conmigo, que te resulta igual de desagradable lo que intentas hacer, como lo es para mi. Yo lo he intentado, me he vuelto tu marioneta, siempre a tu disposición, me he callado, me he tragado mis ganas, anhelos y curiosidades para poder hacer nada a tu lado. He fingido todos mis orgasmos, esp...