7 cuentos de buenas noches. Capítulo 7. El Poeta.
Es mi amigo, es un poeta.
Su boca es mágica, como recorre, juega y succiona mi clítoris, no tengo que fingir nada, los gritos, los gemidos, los sollozos son reales.
En realidad, no es un poeta, pero me ha escrito desde el corazón hermosos versos y prosas. Cuando lo he necesitado siempre ha acudido a mi rescate, ha llegado con botellas de vino, sonrisas y mil besos.
Su sonrisa hace juego con sus hermosos ojos; le pedí que no se peinara para poder pasar mis dedos entre su cabello, jalarlo un poco mientras está en mi entrepierna; rasguñarle ligeramente los hombros y los brazos.
Le he mostrado que el mundo abarca más allá de los límites establecidos, que se puede llegar a cualquier lugar mientras lo sueñe; que no importan los títulos o certificados, que la inteligencia tiene otras formas.
Siempre busca que yo tenga un par de orgasmos antes de penetrarme, me abre las piernas, me la mete y con tan solo un par de bombeos le pido que se venga, que me de toda su leche, que me deje mamársela para que termine en mi boca.
Me gusta cómo me mira cuando hablo, me toma tan enserio, me presta atención, me idolatra. Sabe de mí, sabe de mis máscaras, de mis rostros.
No me permite quitarle el condón para que le haga sexo oral y que termine en mi boca, sabe que en cuanto lo haga no resistirá más. Me pide que me suba, sé perfectamente que tampoco aguantará. Inicio moviéndome lento, suave, adelante y atrás, adelante y atrás, en círculo; abro más las piernas para que lo sienta hasta adentro y me muevo un poco más rápido; me pongo en cuclillas, un sentón leve, cierra los ojos mientras me acaricia los senos, otro sentón, contrae los pies y sus piernas se notan rígidas, de nuevo me monto y empiezo movimientos rápidos, bruscos, duros, cierra los ojos, aprieta la boca, se traga un grito… explota.
Quisiera corresponderle como merece, lo único que tengo para él son conversaciones surreales, consejos que ni yo misma puedo seguir, besos de uva, caricias fugaces y orgasmos llenos de pasión.
Maravilloso leer cada uno de tus párrafos, atraparme y hacerme participe de lo que relatas a través de las letras, erizada la piel con cada una de las líneas que escribes y me envuelves en un orgasmo literario.
ResponderEliminarMe encanta cada vez más leerte tan apasionada