Décimo segundo

Vienes y me pides volver, "hay que echarle ganas", ¡podemos con esto! Antes te hubiera dicho que sí y sólo lo hubiera dudado un poco, hoy ya no puedo ser tan inconsciente.
Y es verdad que te amo y lo haré por siempre, pero también es cierto que me debo de amar a mí misma...

¿Sabes cómo me siento? Estoy permanentemente intranquila, confundo emociones, me siento fuera de mí misma, veo todo como externo, siento que yo ya no soy yo, en mi estado de vigilia me siento aletargada; esos han sido mis últimos 12 días, tal vez ya no lloro a cada rato pero no me he podido deshacer del nudo en la garganta.

Y el futuro me lastima más que el pasado, el no imaginarte, verte o contarte en nuestros proyectos, en nuestros fines de semana, en nuestras carreras, en nuestras vacaciones, en nuestro pospretérito; y es que ya no existe un nosotros para ese tiempo.

Te he pedido tiempo para sanar, quiero verte pero aún no puedo ser tu pareja, te amo pero aún no me cicatriza la herida, puedo pasar un día contigo, incluso una noche pero en tus ojos aún no me puedo ver; la idea de que amas, amaste y fingiste amar a otra mujer no se sale de mi cabeza, hasta que no sienta que eres libre no podré ser más que una conocida para ti.

Y más que eso, hasta que yo no esté en paz conmigo misma, sin fantasmas, sin reproches, sin ideas, sin dolor, sin lágrimas, sin por qué, sin este nudo en la garganta. Hasta que yo no esté completa, llena, confiada, en paz, alegre, sonriente, despierta, dentro de mí,  tranquila, descansada; hasta que yo no vuelva a ser yo, no puedo ser nada para ti y no podremos formar un nosotros.


Espero en este tiempo tú puedas encontrarte también, que descubras quién eres y por qué haces o dejas de hacer las cosas, espero que no sólo sea una pausa en nuestras vidas, espero que podamos continuar más fuertes, únicos, unidos y respetemos nuestra individualidad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una noche más

Vacaciones

La mañana en la que nunca amaneció