7 cuentos de buenas noches. Capítulo 3. El simpático
Codicio arrancarme el corazón y que las entrañas de me salgan de la boca;
ambiciono arder por cada promesa rota;
pretendo romperme la boca por tantos besos no dados;
aspiro no sentir y renunciar a la esperanza.
¿Alguna
vez sentiste al empezar a dormir como si dieras un salto al vacío sin
ninguna protección? ¿Qué tan a menudo sientes eso en vigilia
? Últimamente
tengo esa sensación más de lo que quisiera. Temor al no saber si mis decisiones
son correctas; confusión por lo que hago o dejo de hacer; desolación al
enfrentarme a mi propio reflejo.
No me siento deprimida, no estoy estresada, no me siento ansiosa, no estoy triste, no estoy enojada, pero tampoco estoy feliz.
No me siento deprimida, no estoy estresada, no me siento ansiosa, no estoy triste, no estoy enojada, pero tampoco estoy feliz.
Nos llamamos la atención, nos sonreímos; era
insólito conocer a una persona con un ojo verde y el otro café. Esa peculiar característica
suya fue la que me llevó a querer salir con él.
Sentía un vacío tal que no encontraba consuelo, me llenaba de preguntas que no podía responder y solo me dediqué a especular las respuestas: él realmente no me quiere; si no le interesa que esté a su lado tampoco voy a morir por ello; sé insistir, pero estoy harta de rogar. Ni siquiera le interesa tener sexo, dice que no es sustancial, tampoco creo que sea vital, pero a mí me fascina, a veces hasta me es necesario.
Todo en su vida es más importante que yo, debo de empezar a interesarme por otros proyectos y otras personas, me cansé de luchar por un lugar en su vida y un sitio en su corazón.
Este chico simpático tiene mi edad, desde hace varios años yo no salgo con nadie más, exceptuando al que me destrozó el corazón y el que lo preservó pero que ahora me tiene de nuevo "en la banca" (según el argot deportivo). Siento un poco de miedo, desconocer a qué me enfrento, conocer a alguien nuevo, saber sus gustos, conocer sus preferencias, besar, acariciar... hay un sin fin de actitudes y acciones que debo de entender, propias y ajenas. Esto de no ser exclusiva para alguien me provoca malestar.
Sus mensajes son sencillos, se nota que solo busca una aventura, nada serio, nada formal ¿Será correcto que yo busque un lance? No soy buena separando lo físico de lo emocional, ¿podría buscar únicamente diversión? Estoy sumamente dolida, me siento traicionada; entregué mi corazón a ciegas y lo que recibí es un rechazo constante de mis sentimientos y de mi cuerpo. ¿Podré separar el afecto del deseo?
Hoy haré mi último intento de estar con él, es viernes y mañana no tenemos compromisos, podremos desvelarnos platicando, viendo la televisión, besándonos y amándonos. Necesito un poco de afecto, no requiero amor, solo un poco de cariño.
Solo vimos un par de capítulos de una serie, no me quiso besar, ¿Seré tan repugnante? No quiso dormir conmigo, no quiso escuchar, no quiso compartir.
Le escribí un par de mensajes y me pide "tiempo", la verdad es que yo no le exijo más de lo que él me quiere dar, me niega con sus amigos, ya ni que decir de sus conocidos; no me dice que me ama, ni siquiera sé si me quiere o soy su compañera en lo que encuentra a alguien que sí sea digna de presentar, esos viajes que compartimos se ven tan distantes, son como el recuerdo de un sueño: lejanos e intangibles.
Le regreso sus viernes para que salga con sus amigos o con quien él guste. Ya me cansé de reclamar su afecto.
Llevo un par de semanas sin él, luchando contra mí para no buscarle. Ayer pasó algo terrible en nuestra ciudad, un desastre natural nos ha devastado, salí a las calles a tratar de apoyar en lo que sea posible; él me escribió y ofreció ir por mí, realmente no quiero verle, cuando temía por mi vida, lo que más me preocupaba era que mi familia y él estuvieran bien, cuando vi que desalojaba el edificio y estaba bien, me sentí reconfortada; en ningún momento él me buscó, incluso no me preguntó cómo estaba, hasta que yo le cuestioné sobre el bienestar de su hija, supo que yo estaba disfrazada de rescatista en el corazón del desastre.
Mientras todo se reduce a polvo, veo rastros de sangre en las calles y escucho el dolor en sollozos de una ciudad; prefiero mi soledad, no tener de qué o por quién preocuparme. Suficiente tengo con ser responsable de mí familia, con ella no tengo opción.
Hice las compras: jamón, atún, aceite, papel higiénico, desodorante, shampoo y condones. Decidí que, si el sexo no es fundamental, tampoco ha de ser importante, así que puedo tener tanto sexo guste y con quien yo decida.
Hoy conocí a un tipo simpático, es extrañamente guapo, tiene ojos de gato, cada uno de un color diferente. A leguas se le nota que no busca una relación, solo quiere llevarme a un hotel, su belleza extraña le ofrece la oportunidad de conseguir eso, si no soy yo, será cualquier otra.
Me causa conflicto aceptar este tipo de relaciones, centradas en lo físico y en el vano placer. Pero ya estoy muy cansada de entregar el alma y que se diviertan con ella.
Mis experiencias sexuales no son bastas, es decir, he tenido mucho sexo, pero con creatividad limitada. Esto también me atemoriza, ¿Y si soy mala en este sentido y por ello me he enfrentado a un: “no es necesario”? Siempre me he considerado hedonista en este aspecto, pero pocas veces consigo un orgasmo, me preocupo más por el orgasmo ajeno que por el propio.
El chico simpático me sedujo a la perfección, me dijo un par de veces: "no se vale enamorarse, según lo que me platicas, no buscas una relación y yo estoy saliendo de la complicación de una, el amor siempre jode todo".
¡Claro que me duele pensarlo! ¡Por supuesto que
cada que cierro los ojos imagino que es él al que beso! ¡Desde luego que cada
que escucho música me recuerda las noches en su sillón mirando conciertos! ¡Evidentemente
que cambiaría esta noche de hotel por una plática en su hombro!
“El amor siempre jode todo”. De acuerdo con sus términos y asombrada por su sinceridad, cambiamos el coqueteo y juegos por cerveza y caricias. Nunca me había sentido tan rota como en este momento; pero el sexo, el sexo con este galán simpático ayuda a disminuir el dolor, es un curioso placebo del cual cada vez necesito más. Tal vez con la práctica alcance a tener múltiples orgasmos.
Ayer le escribí a un viejo amigo, es un poeta...
“El amor siempre jode todo”. De acuerdo con sus términos y asombrada por su sinceridad, cambiamos el coqueteo y juegos por cerveza y caricias. Nunca me había sentido tan rota como en este momento; pero el sexo, el sexo con este galán simpático ayuda a disminuir el dolor, es un curioso placebo del cual cada vez necesito más. Tal vez con la práctica alcance a tener múltiples orgasmos.
Ayer le escribí a un viejo amigo, es un poeta...
Muy bueno, como le dije, en cuanto salga, lo leeré 👏👏👏
ResponderEliminar"Me causa conflicto aceptar este tipo de relaciones, centradas en lo físico y en el vano placer. Pero ya estoy muy cansada de entregar el alma y que se diviertan con ella."
ResponderEliminarEso resume mi vida igual, a mi edad ya no busco nada serio ¿pa' qué? si todos los casados y con hijos me dicen que me envidian y que preferirían estar solos o de novios y ya si todos le dicen que no lo haga será por algo, por eso yo ya nunca busco cosas serias, además de que el amor lo arruina todo como usted dice, en lo personal pienso que es más estorbo que otra cosa, estarse peleando, discutiendo, insultándose, rompiendo y volviendo, a veces felices a veces tristes, y todavía tienen el descaro de decirme que "así es la cosa" y que a la larga todo eso es muy bonito, no mamen, yo ando por todos lados haciendo lo que quiero con quien quiero y no me enojo con nadie, no discuto, no peleo, no isulto SIEMPRE feliz nunca triste ¿quién era el que estaba mal? yo qué sé, pero por mi parte yo estoy a toda madre, buenísimos textos como siempre.