Entradas

Mostrando entradas de 2023

7 cuentos de buenas noches. Capítulo 6. La última

Tú solo necesitas abrir las piernas para conseguirte a cualquier pendejo. Y por eso te tenía a ti. Aunque no fuiste cualquier pendejo, fuiste el pendejo que más sueños e ilusiones provocó, el pendejo con el que más quise compartir mi vida, al pendejo que más quise en mi presente y futuro. Pero solo fuiste eso, un pendejo más. Tu falta de empatía provocó que me pusiera colérica, para ti sería una semana más sin verme, para mí serían 7 días, 7 infiernos, 7 penitencias obtenidas por amarte. No estaba dispuesta a pagar por algo que no hice, quedarme en casa y llorarte una vez más... esta vez no. Sonrío y estoy de vuelta, tengo más de un número al que llamar y en 5 minutos obtengo una cita para lo que me plazca; no es soberbia, es la realidad, me gusta sentirme deseada por eso mantengo cerca a esos hombres que esperan tus fallas para acercarse. ¿Quién será? Le toca a él. Pierdo el tiempo en lo que llega, no me arrepiento y disfruto la idea de que si te enteras de lo que haré, te dolerá no q...

Disociada

- Hola, ¿cómo estás?      Muy bien gracias, ¿qué milagro?, hace años que no sé de ti, ahora hasta me llamas, qué raro. - ¿Qué dices? te acabo de ver hace un par de meses, no te había escrito porque me suplicaste que no lo hiciera, me sorprende que no me bloquearas y más que me respondas.      No te entiendo. - ¿Ya no recuerdas nuestra tarde en Tlalpan? Mencionaste que lo olvidarías, pero sinceramente no lo creí y eso que soy psicólogo.      Lo siento, no lo recuerdo de verdad, me ayudarías mucho, dime qué paso, por favor, tengo un día borrado de mi memoria, en realidad tengo un par de días de los que no tengo memoria ¿Cuándo te vi?, ¿qué hicimos? ¿qué hice?, ¿por qué te pedí que no me buscaras?  - Sí tengo que comentarte porque eso lo tienes que trabajar en terapia. Tu tono de voz de hoy no es el mismo que ese día escuché, eso me llama mucho la atención, qué mal que no puedas ser mi paciente.      Ya dime por favor, estoy ...

Ella me gusta mucho

Recostados boca arriba, ella a mi lado, ambos con los brazos a nuestros costados. Estaba ahí, desnudo, húmedo, agitado aún, no podía creer lo que acababa de suceder. Hace mucho tiempo no me sentía de esta manera, quería besarla, poseerla de nuevo, acariciarla, admirar cada detalle de su exterior. Ella sonreía, se notaba complacida.    - Llevaba mucho tiempo sin tener relaciones, ¿se notó?, lamento si no duré lo suficiente, pero no pude aguantar más, ¿tu cuánto tiempo llevabas?, ¿te gustó?, ¿Te molesta la luz prendida? ¿cuántos tatuajes tienes? ¿te dolieron? Si estoy nervioso empiezo a hablar y a preguntar mucho, lo siento, también me disculpo mucho, lo siento, ves, lo hice de nuevo...- Ella soltó una carcajada, se recostó boca abajo apoyada en sus antebrazos, me miró muy serena y me dijo: - todo ha sido maravilloso, no te preocupes por nada, estoy encantada, me gustas y esto me fascinó, eres más guapo sin ropa-.   Su respuesta me causo un sentimiento extraño, no sé explic...

7 Cuentos de buenas noches. Capítulo 5. Kieri y Reno

        - No debemos de estar juntos.           - ¿Por qué no Kieri?, yo quiero recorrer el camino contigo, ahora sé que quiero amanecer a tu lado cada día, quiero hacerte el amor todas las mañanas, las noches, los días, todo el tiempo. No quiero que alguien más te toque, te bese, esté dentro de ti; disculpa si soy posesivo, pero no lo soportaría.           - Antes no pensabas eso Reno, no querías ni estar dos noches seguidas compartiendo la misma cama, la misma realidad. Tu más preocupado por salvar el universo y hacerte más fuerte que congelaste tus emociones y me llenaste de dudas y miedos.                    La realidad está a punto de colapsar, no lo logramos Reno, todo lo que pretendíamos o quisimos hacer ya no tiene importancia. Esta plática es una pérdida de tiempo. No existe un mañana, ni siquiera habitamos un hoy. Así que ab...

Felación

Tu sexo me parece hipnótico, verlo duro, erecto, chorreando. Solo deseo lamerlo, introducirlo en mi boca, ponerlo entre mis pechos, en mi vagina. Me gusta chupar la cabeza, sentir el sabor del líquido, succionar para que salga más, ponerlo más rígido; después pasar mi lengua por todo, llenarlo de baba; llegar a tus testículos, lenguetearlos. Con las manos te aprieto las nalgas, el pecho, las piernas... Te agarro tu miembro, lo aprieto un poco, hago movimientos de arriba a abajo, lo giro un poco, dejo afuera la cabeza para que la pueda seguir lamiendo. Escupo para lubricar más el acto, pongo tus manos sobre mi cabeza, te pido que la sujetes y la muevas como a ti te plaza, haces que me la trague toda, provocas mi reflejo nauseoso, no quiero que pares, me gusta que lo disfrutes, que hagas lo que te provoca placer. Estoy muy excitada, siento mis calzones mojados, me he sacado los pechos sobre el brasier, ni siquiera he tenido tiempo de quitarme la ropa. Mi vagina está húmeda, mi clítoris h...

Un viaje al infinito

Este lugar ya lo conozco Reno  ¿Dónde nos conocimos?         En clases de baile. No, ahí no, ¿dónde nos conocimos?         Sí, en el gimnasio, en la clase de baile. No, yo te conozco de una vida pasada o más bien futura, de donde no existe el tiempo o el espacio, de ese lugar de luces neón, en el que me espantan los entes negros y me aterroriza el ser de blanco con la cara larga, la nariz estirada y la sonrisa perversa.  Te conozco de esos lugares fríos que ya frecuentaba, y que soñé durante mucho tiempo. De las coincidencias y decisiones azarosas, de las cuales sabemos que todas tenían un por qué y para qué.  Te conozco de la elección del camino largo con un destino real, en lugar del directo que no nos llevaba a ningún sitio. Te conozco de la presión en el estómago y pecho. De estar encerrada, enmimismada, creando barreras, cortando mis alas.  Te conozco en el libro que escribiste, en el que ya hablabas d...

Terminamos en la luna

A veces lo único que quiero es despertar con alguien, abrazada a otro cuerpo, sentir otra respiración, otro calor, otro aroma. Entendí que no te necesito, nunca te necesité, elegí que fueras mi compañero de camino, tú me preferiste como un cuerpo más.   Te recordaba de antes, pero había olvidado detalles, como lo fácil que era excitarte, lo sencillo y complejo que me resultaba provocarte un orgasmo, tu virilidad, tu vello pectoral, tus besos suaves, tu lengua inquieta, el hambre que sentía después de venirme y la forma que tenías de hacerme el amor.   Buscarte tal vez fue un error, después de todo el dolor que me hiciste sentir, aunque en realidad tú fuiste el que me buscó: cada noche al masturbarme, en cada historia que quería compartir, en cada evento que te pensé a mi lado; tu fuiste el que me solicitó y finalmente, accedí.   La conexión fue única, siento frío, siento caliente; tu rostro está caliente, tus piernas frías, tócame el pecho, te sientes frío; te toco la esp...

El bulto

Cuando me besas, hueles a lo que todos los hombres con los que he estado, hueles a mi vagina, a mi sexo, a lo que piensas que haces como ninguno otro, a tu orgullo. Ya no te siento, solo eres un bulto de carne sobre mi, que puja y gime, que me toca y aprieta las nalgas, que me respira en el cuello, sobre los hombros. Ni siquiera después de que me chupaste el clítoris y me metiste tu lengua lograste que me humedeciera aunque fuera un poco. Respiro agitada porque te siento sobre mi, tu peso me sofoca, tu aliento me causa náuseas. La erección te dura cinco minutos, "perdón, es que ya me cansé", te diría descansa yo me subo, pero sobre un pene flácido, no puedo hacer nada.  Sé que ya no estás conmigo, que te resulta igual de desagradable lo que intentas hacer, como lo es para mi. Yo lo he intentado, me he vuelto tu marioneta, siempre a tu disposición, me he callado, me he tragado mis ganas, anhelos y curiosidades para poder hacer nada a tu lado. He fingido todos mis orgasmos, esp...

Una historia de frijoles y tortillas

Era el año 1992 en un pueblito alejado de la ciudad había una hermosa familia compuesta por mamá, papá y dos niñas de 6 y 7 años, en su casa apenas cabía una cama, una mesa y la estufa, de patio tenían todo el campo, no les hacía falta nada. La mamá era una ama de casa, morena, delgada y muy bajita, su cabello chino y unos ojos grandes color café, tenía una dentadura grande y algo amarillenta, pero era una de esas personas que al sonreír iluminaban todos los rincones. Aún recuerdo su nombre, que le hacía honor a su ser: Gloria. El papá también era un hombre bajito, algo regordete, nariz grande y ancha, tenía un problema con su mano derecha, como una deformación que le impedía el movimiento, él trabajaba como "viene, viene" en un bazar cerca de la autopista. Las niñas, combinación perfecta de los padres, la complexión y sonrisa de la madre y la nariz del padre, la vitalidad de dos niñas criadas con amor. Eran tan inquietas que en la escuela tenían muchos problemas, no sabían l...